El adiós

Al finalizar este trabajo de investigación, no hemos podido llegar a una única conclusión sobre la cuestión de la censura en las producciones de Raúl Scalabrini Ortiz. O quizás, lo que podríamos decir, es que nuestra historia (y por lo tanto, sus personajes destacados) no tiene ni tendrá nunca una única visión de los hechos. Las interpretaciones son infinitas y todo depende del lugar en que uno se pare a observar y a analizar el pasado y cómo este repercute en el presente.
Deteniéndonos específicamente en la opinión de nuestros entrevistados, podemos concluir, por un lado, que Scalabrini Ortiz fue continuamente censurado por las distintas coyunturas políticas que lo rodearon, mientras que por el otro, la cuestión de la censura sería producto de ciertos imaginarios colectivos y que nuestra figura en cuestión fue un hombre reconocido en los momentos que debió serlo, salvando las situaciones políticas críticas que vivió nuestro país en donde las ideologías contrarias al gobierno no tenían ninguna posibilidad de consagración pública.

La relación tensa entre el propio peronismo y Raúl Scalabrini Ortiz, quien les era una figura incomoda y, considerándola como posible fuente de duras críticas, le restó al escritor y agrimensor la ayuda que podría haberle sido vital para la publicación de sus ideas, y lo llevó a adoptar una forma de auto-censura al no hacer públicas (aún si hubiera podido hacerlo) sus verdaderas opiniones respecto al encauzamiento de un movimiento que se suponía nacional y popular.

¿Acaso podríamos alejarnos un poco de la consigna principal de nuestro trabajo y pensar que la interpretación del bagaje histórico en general que nos viene dada por los sistemas educativos debiera ser replanteada y por lo tanto, un poco más abierta a cuestiones que hasta ahora no han sido contempladas?

Porque la realidad que nosotros mismos pudimos contemplar es que en términos generales, existe plena ignorancia de la figura de Scalabrini Ortiz y eso, podríamos decir, no es un fenómeno único de su nombre sino más bien recurrente en distintas figuras e instituciones de nuestra historia.
En fin, quizás de acá a un tiempo encontremos que Scalabrini y otros de sus colegas intelectuales son reconocidos por el sistema, es decir, incluidos no solo por la escuela y la universidad, sino también por lo que es la cultura popular. De cualquier manera sabemos también que obras tan críticas y controversiales no son hechas para ser "incorporadas al sistema" sino para funcionar de vigías de la historia y del devenir de la situación económica, política, social y cultural de la sociedad.

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